Lectura del 02 de Agosto


Primera lectura

Eclesiástico 24:1-4, 16, 22-24
1 La sabiduría hace su propio elogio, en medio de su pueblo, se gloría.
2 En la asamblea del Altísimo abre su boca, delante de su poder se gloría.
3 «Yo salí de la boca del Altísimo, y cubrí como niebla la tierra.
4 Yo levanté mi tienda en las alturas, y mi trono era una columna de nube.
16 Cual terebinto he alargado mis ramas, y mis ramas son ramas de gloria y de gracia.
22 Quien me obedece a mí, no queda avergonzado, los que en mí se ejercitan, no llegan a pecar.»
23 Todo esto es el libro de la alianza del Dios Altísimo, la Ley que nos prescribió Moisés como herencia para las asambleas de Jacob;

Salmo responsorial

Salmo 34:5, 7, 9-10, 18-19
5 He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores.
7 Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias.
9 Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él.
10 Temed a Yahveh vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada.
18 Cuando gritan aquéllos, Yahveh oye, y los libra de todas sus angustias;
19 Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva a los espíritus hundidos.

Segunda lectura

Gálatas 4:3-7
3 De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo.
4 Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,
5 para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.
6 La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!
7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.

Evangelio

Lucas 1:26-33
26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
28 Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
30 El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»

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